"En algún momento tenemos que optar entre ser uno mismo o ser lo que los demás quieren que seamos. Y esa decisión es cruel."
Javier Mitchell entrevista a Gabriel Molinelli, actor y director argentino. Como actor ha participado en cine en los siguientes films: Nueve Reinas, Plata Quemada, Pyme, Dos amigos y un ladrón, Amigos de la Infancia, Solo un Ángel, El sur de una pasión. En teatro: Cartas a Moreno (Jorge Goldenberg), Moockimpott (Peter Weiss), Calígula (Albert Camus), Cuerpos, El viejo Criado (Roberto Cossa), Un tranvía Llamado Deseo (Tennessee Williams), Secretos para ser contados después de la muerte. En teatro dirigió, entre otras: Noches Blancas (Dostoievski), La dama del Perrito (Chejov), Pedido De Mano Y Un Trágico Pesar (Chejov), La cantante Calva (Ionesco), Secretos para ser contados después de la muerte. Filmó aproximadamente cincuenta comerciales para tv. y la misma cantidad para radio. Radicado en la ciudad de Buenos Aires.
CI: Tu curriculum como actor y director demuestra una trayectoria muy seria en la elección de proyectos. Cuán difícil es para un artista independiente hoy llevar a cabo este tipo de elecciones frente a un público cada vez mas mediatizado con contenidos superficiales?
GM:Creo que uno debe elegir lo que uno quiere, en el momento en que se le ocurre, después las dificultades se irán disolviendo sobre la marcha. De alguna manera, no fue muy diferente la decisión de ser actor, partiendo del interior de Córdoba. En la apuesta al deseo hay algo de rebeldía en el sentido de que no todo lo que uno quiere es lo que teóricamente se puede. Uno tiene que querer lo que uno quiere y después, de las dificultades, de los imposibles, nos encargaremos en algún momento. Hay además un compromiso con mi crecimiento, puedo elegir proyectos de los que formo parte como un profesional, que va a dar todo de si. Y hay otros proyectos en los que participo desde la gestación misma. Así como Coppola es un artista independiente, la independencia trae dificultades a cualquier nivel y en cualquier lugar.
CI: ¿Cómo evolucionó tu mirada como director? ¿Fue este proceso conflictivo con respecto a tu labor actoral?
GM: En algún momento pensé en dejar de actuar. También es cierto que el trabajo del director es mucho más estresante. Pero cuando volví a actuar después de un tiempo de dirigir solamente, me di cuenta que estaba muchísimo mejor. Creo que en mi caso la docencia, la actuación y la dirección forman parte de un todo, que se retroalimentan. En las clases, hago una reflexión constante, acerca de los mecanismos que como seres humanos usamos y que son indispensables a la hora de actuar. Me preocupa fundamentalmente, que los alumnos puedan usar su experiencia en la actuación. No es tan sencillo. Cuando actúo en cine, en general, disfruto bastante, ahí me siento como pez en el agua y me encanta, actuar en cine es lo más parecido a ser otra vez un niño irresponsable. Llegas, te dan la ropa, la letra y por un rato, te olvidás del mundo, por ese otro mundo imaginario. En teatro es un poco mas engorroso por el proceso de ensayos, pero me divierte porque confío, conozco la clase de actor que soy, entonces trato de aliarme con los mecanismos que me sacan a flote, y me hacen sentir vivo. Como director, sufro; apenas dirigí diez obras y a veces siento la responsabilidad del todo de manera inquietante. Pero todo lo que tenga que ver con el teatro, incluida la dramaturgia me interesa (escribí y dirigí algunas obras, en el 2011 voy a reestrenar “ Esposos & Esposas” ) y también la música, que es una asignatura pendiente pero que ocupa gran parte de mi tiempo libre, a veces escuchando, a veces componiendo algunas canciones.
CI: Estas dirigiendo “Casa de Muñecas”, de Ibsen, una obra estrenada en 1879, pero también has dirigido obras de Chejov, Dostoievski… Por que consideras que es importante poner en escena este tipo de obras de teatro clásicas? Es necesario un proceso de adaptación de contemporaneidad para atrapar la atención de la audiencia o consideras que los textos de estos clásicos son lo suficientemente atemporales y universales? Crees que se menosprecia a veces el intelecto de la audiencia?
GM: El teatro clásico tiene obras extraordinarias, entre ellas “ Casa de Muñecas“. Nora podría haber sido cualquiera de nosotros. Cualquiera de nosotros que en algún momento de su vida tuvo que optar entre ser uno mismo, o ser lo que los demás quieren que seamos. Y esa decisión es cruel, abiertamente cruel en determinadas épocas. Pensemos en la forma que Oscar Wilde pagó su homosexualidad. Ibsen es un genio, Chejov también, sus obras aún hoy laten con mayor veracidad que muchos pastiches contemporáneos. El tema es encontrar su vibración, porque no están muertas para nada, y me dan mucha risa los que creen que los que hacen teatro del siglo diecinueve están pasados, o no tienen nada que decir. El tema es encontrar ese latido y si, definitivamente, en Casa de muñecas (la versión que yo hago), el personaje es Norita es argentina, es morocha y la obra esta ambientada en los años cincuenta, no porque crea que ha perdido vigencia, sino porque a pesar de ser grandes textos, no los respeto tanto, he quitado escenas, y cambiado cosas sin dañar la estructura que es monumental. Porque por empezar, no sé demasiado cómo se vive en Noruega, ni me interesa reconstruir eso. Pero si sé que aquí, debe haber habido Noras, y traté de meterme en esa historia, también por el paralelismo con la vida personal de una de las actrices, y así terminó esta versión que estamos dando los viernes en el teatro La tertulia.
Creo que los artistas tienen que formarse y preocuparse por que ese proceso sea un continuo. Si lo único que hay para mostrar es algo que existe solo en términos de redituabilidad monetaria, es malo y no lleva a nada, ni a pensar, ni a una pequeña experiencia de vida, la proliferación de productos vacíos y un estilo de vida divorciado del compromiso de los valores, está dando como resultado un ser humano ya descripto por Ionesco o por Camus. Un personaje que ya no es personaje, porque no desea. Entonces es un hombre sin conflicto, como si ser un hombre sin conflicto sea algo que lleva a la felicidad, más bien creo que lleva a algo muy parecido a la nada. De eso me espanto, cuando encuentro gente en mis talleres, ansiosa por aprender a actuar en no más que en tres lecciones, o sin ningún entusiasmo por nada.
CI: Como fue tu experiencia de trabajar junto a Imanol Arias en Calígula, de Albert Camus?
GM: Muy buena, Imanol es un actor con mucha experiencia, generoso, muy talentoso, inteligente. Hicimos muchas funciones y resultó ser un muy buen compañero.
CI: Se dice comúnmente que uno puede calificar el nivel cultural de un país o una ciudad respecto a la extensión de su cartelera teatral. Según estos parámetros la oferta teatral de Buenos Aires es a veces incluso mayor a la de New York. Qué opinas al respecto?
GM: Lamentablemente no veo todo el teatro que quisiera, pero he visto cosas muy buenas, regulares, buenas y muy malas. Creo que Buenos Aires es un fenómeno especial. Hay salas, hay actores, los directores y los dramaturgos no llegaron al nivel de los actores, pero es una suerte vivir en una ciudad como Buenos Aires. Y hay de todo, y todo movimiento teatral, necesita de todo para reproducirse y crecer.
CI: En cine has participado en películas de gran éxito internacional, como “Nueve Reinas” y “Plata Quemada”. Como repercutió esto en tu carrera profesional?
GM: En “ Plata Quemada “ mi participación fue demasiado breve, pero en “Nueve Reinas “, además del gusto de trabajar con Fabian Bielinsky y Darin, me dio la posibilidad de que mucha gente me viera, y tengo la suerte de haber trabajado bastante en cine. Creo que ayudó, que me generó otras posibilidades de trabajo.
CI: Continuando con el cine, has participado este año en dos producciones nacionales. Cuéntanos más al respecto. Como ves la producción cinematográfica en Argentina hoy. Como calificas la intervención del Instituto Nacional de Cinematografia y las políticas gubernamentales al respecto.
GM: Trabajé en “ Rouge Amargo “ con Gustavo Cova con producción de Horacio Maldonado, con el que hice por lo menos cinco películas. En ese policial hice un Ministro del Interior corrupto, y me di el gusto de ser corrupto por un rato y hacer muchas cosas que yo jamás haría, ja ja. Fue un placer porque las escenas tenían contexto y estructura, y porque Gustavo me dio mucha libertad para componer.
Después hice “ El Dedo “ dirigida por Sergio Teubal, en Cerro Colorado, Córdoba, un pueblo de 500 habitantes, los pagos de don Atahualpa Yupanqui. Me encantó porque yo no había hecho nunca de cordobés en pantalla, hice un policía de pueblo, muy pachorriento, muy acomodaticio con el poder de turno. El guión me gusto y dije que sí enseguida porque no me quería perder la posibilidad de recuperar el acento cordobés ni de actuar de habitante de un pueblo minúsculo. Además casi todas las escenas eran con el Puma Goyti con el que tengo muy buena química, así que fue una experiencia feliz (todavía aclaro, no vi ninguna de las dos películas).
En Argentina en este momento se filman alrededor de sesenta películas por año, el Instituto (INCAA, Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales, Argentina) cumple, han demorado algunos pagos en algunas circunstancias especiales, pero cumple, las películas se hacen y el cine como industria, tiene el ritmo que tiene que tener. La predisposición hacia la cultura, del Gobierno de los Kirchner (Presidencia de la Nación), es total. No así de Macri (Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), que es todo lo contrario.
CI: Consideras que debieran hacerse más programas de ficción en la televisión nacional?
GM: Seguro. Estamos padeciendo un mal, que es monstruosamente dañino. Hoy un actor firma un contrato que no sabe cuanto le va a durar, porque si el rating no va, el programa se cae. El segundo a segundo del rating es demencial, y da mucho mejor resultado o es más barato hacer un programa de chimentos, o hacer dieciocho programas alrededor de Videomatch. Son modas espantosas. Se extraña la ficción en televisión. En general, se extraña ver cosas buenas en televisión aunque siempre las hay. Pero la ficción se encuentra con cuentagotas. El siete (canal de television oficial nacional) esta tomando el toro por las astas y esta empezando a producir y la ley de radiodifusión va a mejorar eso en algún sentido.
CI: Otro aspecto importante en tu vida ha sido tu sólida formación como actor. En mercados como Miami, por ejemplo, la mayoría de los actores no han tomado ni siquiera un taller de actuación, limitándose a repetir textos dictados, no memorizados, en esta escuela de telenovela mediocre que nos ha invadido desde México. Que les aconsejarías a estos aspirantes a actores?
GM: El mal que ha producido las casas del Gran Hermano, es que hay gente que se hizo famosa sin saber hacer nada, solo hablando. Y eso es mortal para cualquier sociedad. Imaginemos por un momento un tipo que fue solo cuatro o cinco días a la facultad. El arte o la cultura no es una estupidez, lleva una vida desarrollar un oficio, una profesión. Yo estudié quince o diecisiete años sin parar. Y sigo estudiando, claro. La actuación es maravillosa cuando se ocupa de la conducta del hombre, de su alma, de sus deseos, del misterio que significa serlo, y del periplo que afrontamos, de la cárcel que suele ser nuestra propia personalidad y los grandes interrogantes que afrontamos con nada, con lo que tenemos puesto. Y es una pesada estupidez cuando se trata solo de vanidad y de mostrarse.
En mis cursos trato de que el teatro, como la vida, sea una experiencia. No se trata solo de leer, ni de repetir, se trata de transitar, de poder encarnar, de descubrir los mecanismos que llevan implícitos, el crear la vida de un personaje en escena.
CI: Crees que es importante realizar ficciones que puedan ser exportadas a toda Latinoamérica? Qué opinas del doblaje del español nacional por el teóricamente “español neutro” (que en realidad no es neutro sino mexicano o venezolano puro). Como ves la destrucción de la labor actoral original por estas maratónicas y monótonas actuaciones de doblaje al MISMO idioma? Las consideras necesarias?
GM: Una vez vi, un viernes a la noche, en Córdoba, hace muchísimos años, Fiebre del sábado por la noche, doblada al español, terminó siendo una comedia, pero por cinco minutos, después nos fuimos. También toleré dos minutos una película de Brando doblada al español. Me parece que eso no tiene nada que ver con lo artístico, y que es una fábrica de productos de muy baja calidad. No creo que un actor que necesite dinero no tenga que no hacerla, pero de arte, eso no tiene nada.
CI: En que otros proyectos estás trabajando actualmente?
GM: Como actor voy a hacer Kadish, una obra de Patricia Suárez que vamos a reestrenar y hacer temporada el año que viene. Voy a hacer seis funciones de “Fueron los griegos “ de Alfredo Allende, también como actor. Y estoy ensayando una versión que escribí de “ La señorita Julia “ de Strindberg para marzo o abril en el Korinthio. Es una versión que transcurre también en los años cincuenta en el interior de Argentina, donde el Conde es un Gobernador, de esos que conocemos muy bien en Argentina, con poder omnímodo, paternalista y feudal.
CI: “Culturalmente Incorrecto” te pone dentro de una “Burbuja Atemporal Perfecta” donde todo lo que tu creatividad imagine se hará realidad: Cual sería tu proyecto ideal?
GM: Que Brando resucite, también llamamos a Bob de Niro y a Al Pacino. Que la dirija Scorsese y que la música la hagan los Beatles, con John inclusive. Sobre un guión de Billy Wilder, con la participación de Gloria Swanson, Meryl Streep, Charles Lotton y Spencer Tracy, y yo claro.
En teatro dirigir a Kate Blanchet y Jeremi Irons en Hedda Gabler de Ibsen.
Como actor, que me dirija Peter Brook en El rey se muere de Ionesco.
Web Oficial de Gabriel Molinelli: http://www.gabrielmolinelli.com.ar/