Por
Javier Mitchell
“TRES VECES 20
AÑOS” ("Late Bloomers") es la nueva comedia romántica
de la directora francesa Julie Gavras,
hija del afamado director de cine griego Costa
Gavras. CULTURALMENTE
INCORRECTO entrevistó a William Hurt, protagonista del film
junto a Isabella Rossellini respecto
a su participación en el film.
CI: ¿Qué le impulsó a participar en esta película?
WH: El guión.
Después de leerlo acepté el papel inmediatamente. Y también me impresionó que la
directora, Julie Gavras, cruzase el Atlántico sólo para hablar conmigo.
CI: ¿Cuál fue su primera impresión luego de leer el
guión?
WH: A pesar de
que leí la versión en inglés -que no es la versión original en francés- me
pareció muy sincero. Los sentimientos estaban ahí, en todas las páginas. Las
palabras de Julie me resultaron familiares. Comprendí inmediatamente de qué iba
la película: el tiempo que se escapa mientras la vejez y la muerte asoman por
el horizonte. La historia reúne muchas generaciones. Y cada una tiene sus
preocupaciones y sus identidades, algo que también suele ocurrir con la música.
La historia tenía algo de melódico, algo de profundamente compasivo.
CI: ¿Esa compasión es importante para usted?
WH: No tengo
la intención de perder el tiempo o mi vida. Necesito sentir algo, encontrar un
sentido a mi trabajo y la única forma de hacerlo es aceptando proyectos que
abordan temas reales que no tienen nada de superficial. En la industria del
cine nos enfrentamos continuamente al artificio teniendo en cuenta la esencia
de nuestro trabajo. Por eso buscamos la verdad y también comprender mejor
las cosas, porque necesitamos comprender
la realidad para ser actores.
CI: ¿Se identifica con el tema de la película?
WH: ¿Y quién
no? Una de las escenas más importantes de la película se desarrolla en un
cementerio. Incluso en ese tipo de escenario, Julie y su historia nos ofrecen
esperanza. Todos acabaremos en un cementerio. Así que la película nos concierne
a todos. Creo que es maravilloso abordar un tema que tantos tratan de evitar.
En Moby Dick, Herman Melville explicó
que su libro planteaba una pregunta sobre una paradoja humana. Si recuerdo
bien, decía: “¿Por qué los muertos se toman tantas molestias para silenciar a
los muertos? Los muertos siguen vivos en nuestra mente, y por esa razón su
existencia puede continuar eternamente. Por lo tanto no hay nada más precioso
que el presente. Tanto para recordar a los que vivieron como para nosotros
mismos, porque todos nosotros estaremos un día muertos para nuestros seres
queridos”. He reflexionado sobre esto desde que era joven. Empecé mi carrera de
interpretación en el teatro clásico en que las grandes preguntas sobre la
naturaleza humana están muy presentes. Siempre me he hecho preguntas sobre
estas cuestiones así que estoy encantado de poder hacerlo con esta película.
Tener la oportunidad de abordar esta cuestión vital, sublime y profunda es una
ocasión excepcional para un actor y me alegro de que Julie Gavras pensara en
mí.
WH: Esa es una
de las cuestiones que aborda la película. ¿Cómo es posible estar de acuerdo con
lo que nos hemos convertido, independientemente de la edad? ¿A quién no le
aterra la imagen de ese futuro que está cada vez más cerca? ¿Cómo vivimos
nuestras vidas? Se necesita mucho valor para encontrar las respuestas. Hacerse
mayor es un gran reto. Y la vida puede ser maravillosa para los que puedan
aceptarlo.
CI: ¿Qué opina de Mary y Adam?
WH: Como la
mayoría de las parejas que llevan mucho tiempo, están tan unidos como
separados. A pesar de que ambos están viviendo un viaje personal, siguen siendo
un equipo. Eso me recuerda algo que alguien me dijo hace un par de años: una
relación no es una suma, es una multiplicación. Esta película recrea esa idea
ya que tanto Adam como Mary tienen sus propias personalidades pero siguen
siendo una pareja. Es un matiz maravilloso. ¿Cómo se las arregla esta pareja
para comprometerse sin que ninguno de ellos pierda su propia identidad? Así es
cómo funcionan las cosas en todas esas maravillosas parejas.
WH: Todo el
mundo puede encontrar pistas en la película. En lo que a mí respecta, ahora me
siento más capaz de afrontar mejor mi propia mortalidad y mis elecciones.
CI: ¿Se identifica
con su personaje?
WH: Yo sólo
soy un actor. Cuando interpreto un papel, intento encontrar algo en mí mismo
que se parezca a mi personaje, pero no es suficiente para definirme como
persona. Cuando estábamos empezando a preparar la película, mis compañeros me
regalaron un librito titulado "101 Lecciones de la Facultad de Arquitectura".
Antes de eso, había visitado el departamento de arquitectura de la librería de
mi barrio para leer sobre el tema. Pero todos los libros me intimidaban, así
que leí este regalo que parecía más accesible para mí. Es un libro increíble.
En la página 101, entre otras muchas observaciones, se dice que los arquitectos
son 'late bloomers' (florecen de forma tardía). ¡Qué coincidencia! Entonces,
¿el actor es el personaje que interpreta? Cuando la gente me para en la calle y
me habla de la imagen que les inspiro, les contesto que no soy quien ellos
creen. Me identifico con el personaje a través de los detalles. Y lo hago
prestando mucha atención a la historia y de forma que haya siempre un nexo de
unión con el resto de los personajes. El objetivo es que el espectador también
pueda identificarse. Ese es el secreto de la interpretación: ayudar a la gente
a reconocer quiénes son.
CI: ¿Qué tal fue trabajar con Isabella Rossellini?
WH: Me gusta
trabajar con gente que tiene los pies en el suelo, que son naturales y que
están contentos consigo mismos. Isabella es fantástica, siempre es ella misma.
En mi opinión, actuar es un acto de generosidad, un deseo de compartir, y creo
que Isabella ve las cosas de la misma forma. Siempre demuestra una gran
consideración hacia los demás, algo que en parte heredó de sus padres. Rodar
una escena con ella es pura felicidad.
NO TE PIERDAS NUESTRA ENTREVISTA A ISABELLA ROSELLINI:
http://www.culturalmenteincorrecto.com/2012/03/entrevista-isabella-rossellini-tres.html
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